Wednesday, July 01, 2009

FINALE

Tarde, como siempre, aviso formalmente que este blog falleció y reencarnó en Tatuajes. Por si acaso, una vez por semana, salen cosas mías en Los Martes Miento (sección Poesía Concreta), y próximamente aparecerá Grisú, nouvelle que estoy tratando de editar sin morir en el intento.
Nos vemos.
Marcelo.

Friday, February 01, 2008

EL TIEMPO QUE MATAMOS

Fragmento de Música de frontones para el ocaso de un tenista


Friday, November 02, 2007




"En la música y en el amor sólo hay sensaciones únicas; uno advierte perfectamente que éstas no podrán volver más, y lamenta con toda su alma la vida cotidiana a la que se verá abocado después. (...) La música y el amor no pueden vencer a la muerte porque, en su esencia, tienden a aproximarse a la muerte a medida que ganan en intensidad".
E. M. Cioran

Thursday, October 11, 2007

Sólo Dios sabe

Más allá de algunas viejas situaciones, que -ahora, me daba cuenta- en cierta forma me habían traumatizado–, finalmente me decidí y la llamé. Antes, en un papelito, me había anotado temas a tocar en caso de quedarme mudo:
Exámenes
Mascota (creo que me dijo que tiene perro)
¿Qué hace los domingos? (pregunta boluda pero en caso de urgencia...)
¿Fue al gimnasio esta semana? (pregunta más boluda que la anterior...)
¿Cómo puede ser que le guste tanto Diego Torres? (tocar el tema con delicadeza)

Me atendió el padre y me dijo que Gisela no estaba, que llamara más tarde. Siempre que un padre me atendía, me daba la sensación de que estaba enojado, y me hacía cargo.
Unas horas después, volví a juntar valor. Daba ocupado... no sabía si era por temor a que volviera a atenderme el viejo, o porque había decidido que si no me comunicaba esa misma noche, entonces me liberaría y no la llamaría nunca más, y dejaría de transpirar. Sólo Brian Wilson en su peor momento de fobia podría llegar a entenderme.
Algo ("It must be love... love...") hizo que no me diera por vencido. Al quinto o sexto intento me atendió ella. Hablamos y quedamos en vernos. En ningún momento fue necesario mirar el machete ni toser para ganar tiempo y pensar en algo que no fuera aburrido, o divertido pero de mal gusto.

Saturday, May 05, 2007

Tuesday, January 16, 2007

El ente

Estoy descalzo y camino sobre los vidrios rotos de mis creencias. Pero por algo llegué a esto, y creo que es el precio de la ironía constante, de la risa desbocada. Este es el caro precio del desprecio por todo. Es la herida, la huella que deja esa mirada afilada para ver la tripa de las cosas.
Unas de las últimas palabras que Gisela me dijo fueron: “la ironía ya no forma parte de mi vida”.
Es que yo usaba la ironía porque era lo único que me quedaba. La usaba para defenderme y atacar, para golpear y contragolpear. Y casi siempre resultaba, y casi siempre ella se fastidiaba.
Usaba la ironía para humillarla y, sobre todo, para humillarme. No soportaba mi vida, mi trabajo, sus quejas.
Usaba la ironía de tal modo que ella, sin darse cuenta, terminó adoptándola y odiándose cada vez que se encontraba en esa actitud.
Ahora es tarde, pero igual necesito cambiar, demostrarme que puedo.
Necesito abandonar el corazón y la piel de mis viejas creencias.
Necesito la primavera... o algo parecido.
Esta noche necesito una nueva verdad, que incluya dioses, que no vague en la ironía.
Esta noche, como dice la canción de Los Visitantes, necesito una verdad, pero que sea rentable.